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Articulos de interes del mundo de la madera

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-Ventajas del clima y la genética

http://www.elterritorio.com.ar/nota4.aspx?c=7972223385606126 06-11-2014 | Visitas: 3856

No es casualidad que las plantaciones forestales se hayan incentivado en la región mesopotámica en las últimas décadas. Particularmente, el clima de la región es beneficioso para el crecimiento de árboles implantados con fines industriales. La ventaja climática se potencia en el caso de Misiones, que en algunas zonas muestra crecimientos récord sorprendentes frente al resto del mundo. En general, la edad adulta para el corte de un pino ronda los 18 años, según coinciden ingenieros forestales, y la misma especie demora más de 30 años en Europa.  

Para el ingeniero forestal Miguel Ángel López el crecimiento acelerado de las especies forestales “es una de las fortalezas que tiene Misiones. El crecimiento de un pino y su uso depende de muchas variables, porque hay planes de corte que ya a los 11 años están haciendo tala rasa. Pero en general para fines maderables hay planes de manejo de 15,16 y 18 años”. 
Remarcó que dependiendo de las proyecciones de la empresa a cargo de las plantaciones, “a los 11 años ya hay rollos que pueden ir a la industria del aserrado. Pero sin dudas Misiones tiene una gran ventaja en cuanto a condiciones que aceleran el crecimiento de las especies. En general hay una diferencia de 5 a 1, de 8 a 1. Es decir, lo que puede crecer aquí en 8 años en los países nórdicos demanda 40 años. Por esto en su momento la Mesopotamia se vio como un importante polo de desarrollo forestal mundial”.

Para Jorge Pujato, también ingeniero forestal, el clima del Nordeste argentino potencia el aprovechamiento del cultivo de bosques. Remarcó que las precipitaciones anuales permiten un uso más inteligente para la transformación de agua en madera para diversos usos. 



“Un pino como el taeda (una variedad de pino) en Misiones tiene que crecer 35 metros cúbicos por año. El taeda bien manejado para producir madera consume unos 1000 milímetros de agua al año, por lo que en nuestro clima sobra agua. En un sistema silvopastoril hay que tener más o menos 2 hectáreas húmeda, que es un cálculo que nadie hace”, explicó. 
En cuanto a madera de crecimiento acelerado, el profesional destacó el protagonismo del eucalipto y su conveniencia para la producción y la ecología. “La madera de crecimiento más acelerado es el eucalipto. Hay casos en los que llegan a producir arriba de 50 centímetros cúbicos por año, pero son sitios muy puntuales y siempre manejando  el consumo de agua. Un bosque de eucaliptos bien manejado es equiparable en la producción de madera a 100 hectáreas de bosque nativo. Es lo que deberíamos promover, hacer pequeñas forestaciones de alto valor productivo”.
Por su parte, el ingeniero forestal Éctor Belaber, de la Estación Experimental Montecarlo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), agregó el trabajo en genética forestal para permitir crecimientos más veloces. Así, indicó que el crecimiento de las especies implantadas “depende del suelo y también de la genética porque los materiales que había años atrás no crecían tanto y los turnos (de corte) eran más largos. Hoy se obtiene un diámetro que necesita el aserradero mucho antes. También tiene que ver con las condiciones de sitio y de manejo, no es lo mismo que esté en suelo misionero rojo que esté en Corrientes en un bañado donde el mismo material va a tener un menor crecimiento”.  
Diferenció en tanto que en un aprovechamiento para un sistema silvopastoril el crecimiento puede ser algo más rápido. “En el sistema silvopastoril se logran diámetros más gruesos porque es más rápido el crecimiento al haber menos árboles por hectárea. El árbol no está oprimido por ningún otro”.

Raleo, el primer corte forestal a los 5 años 

Si bien el desarrollo pleno de un pino se logra cerca de los 18 años, en general casi todas las plantaciones recurren al raleo (corte de pinos en edad temprana) para ser utilizados por la industria celulósica. Esta práctica a su vez permite crecer mejor a las especies que quedan en la plantación, con mayor espacio para su desarrollo. 
“Un raleo se está logrando en 5 años, hay casos en los que lo realizan en 4 años, y también hay algunas empresas que están haciendo lo que se denomina raleo perdido a los 3 años. El raleo perdido se hace para liberación de la masa arbórea, es su única utilidad. Pero en general un raleo comercial se hace a los 5 años, dependiendo de la densidad donde se plantó”, explicó el ingeniero forestal Éctor Belaber. 

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