Articulos de interes del mundo de la madera

Este lunes 22 de julio se cumple un año de los fuegos del Alt Empordà que afectaron a una superficie de unas 14.000 hectáreas, 3.000 de las cuales son de terreno agrícola. Sin lugar a dudas, el dato más cruel, fue la muerte de cuatro personas. La superficie forestal quemada, mayoritariamente es masa forestal formada por especies de árboles y arbustos mediterráneos, la mayoría con capacidad de rebrote como el alcornoque (Quercus suber), la encina (Quercus ilex) o el madroño (Arbutus unedo), o con capacidad germinadora, como el pino carrasco (Pinus halepensis), estrategia esta última que se activa gracias al fuego en la copa y que provoca que la piña se encienda en dirección contraria a la del fuego. Se trata, pues, de especies que tienen el fuego incorporado en su funcionalismo y poseen una elevada capacidad de resiliencia tras episodios de estas características.

Aunque la mayor parte de los árboles se han calcinado, se calcula que ha quedado viva entre un 30 y un 40% de la parte del árbol (especialmente la parte subterránea-cepa y raíces-), que asegura que se pongan en marcha mecanismos de rebrote, caso de los alcornoques, encinas, madroños, brezos etc. En el caso de los pinos, la siembra provocada por el fuego en forma de dispersión de semillas del pino blanco ha provocado que, un año después, se haya producido un rebrote masivo de árboles tipo encinas y alcornoques, y la aparición de vástagos nuevos de pino.

A pesar de la capacidad de rebrote y de sus estrategias de superación, el bosque tardará mucho tiempo en superar el impacto. Tampoco se puede olvidar que para la gente de territorio, 24 horas después, comenzó la tristeza, la imagen del gran quemado; una muestra cotidiana de la vida sucumbida o de procesos cortados. El drama ha sido especialmente duro para la gente del territorio que deberá convivir durante un largo tiempo con las imágenes de los árboles quemados, una árboles muertos con las ramas elevadas, como clamando por la injusticia existencial sufrida. Comenzar el día con el paisaje desolado, es un mal inicio, y hay que hacer un esfuerzo muy grande para salir adelante.

El fuego de bosque va más allá de un problema ecológico, es un grave problema social. Actualmente, es la peor de las catástrofes ambientales del territorio catalán. No sólo por la pérdida de una u otra especie animal o forestal, sino por la pérdida de vidas humanas, casas, sistemas productivos, como ha sido el caso de los rebaños de ovejas y cabras afectados.

Sin embargo, en nuestros bosques mediterráneos, y aunque pueda sorprender, el fuego forma parte de su funcionalismo. Hay mucha memoria evolutiva acumulada, por lo que dependiendo de la tipología e intensidad, el grado de afectación será más o menos grande. Sin embargo, el proceso de recuperación se puso en marcha en el mismo momento que el fuego se acabó.

Nuestra primera visita a algunas de las zonas devastadas por el fuego, cinco días después del inicio del incendio, desde Cabanes hasta Capmany, en un alcornocal con los árboles intensamente quemados, la corteza carbonizada y las copas desnudas de hojas, el suelo era una piel quemada, todo cubierto de cenizas, olor a corcho chamuscado; la mirada se nos llenaba de grises. En un pequeño sendero del bosque, el color del suelo va cambiando, aparece un marrón arenoso, y se observa como las hormigas están sacando semillas desde sus almacenes, están iniciando una discreta siembra. Es una manifestación de un pequeño proceso de recuperación que la propia naturaleza inicia, es una muestra de esperanza, una esperanza que en las zonas más afectadas ha sido insuficiente.

En los lugares más afectados, no obstante, el trabajo de recuperación es un trabajo muy técnico, a pesar de la buena voluntad de solidaridad, las propuestas de recuperación deben realizarse desde una orientación técnica participativa y bien elaborada, de lo contrario los efectos son contrarios a los buenos deseos.

En las zonas quemadas el tiempo ha hecho su trabajo, se ha podido observar cómo esta primavera los bancos de semillas "naturales" de los pinos y el rebrote de carácter natural de las encinas y alcornoques han retornado los primeros verdes, aunque muy tempranos.

Del mismo modo que el bosque poco a poco con mucha dificultad va remontando, es importante que los catalanes tomemos conciencia de que Cataluña es un país de bosques (sin saberlo) somos uno de los países de Europa con mas superficie forestal, hemos llegado al 60 por ciento de territorio, (España tiene un 36,la UE 38, Francia un 32 y EEUU 34). El bosque no para quieto, cada cultivo o pasto abandonada es colonizado por bosques, Nuestros bosques tienen un incremento anual de unos treinta millones de árboles, de los cuales sólo algunos llegarán a adultos.

Los fuegos del Empordà han sido una catástrofe. Ojala al cabo de un año de apagarse las llamas, con serenidad, sepamos aplicar el principio de maestro Margalef: "la información si es buena siempre multiplica". Nosotros añadimos: "si es deficiente, como mínimo resta". Necesitamos información sobre nuestros bosques, como son, donde están, cómo funcionan, de quién son y que hacemos. Ellos nunca paran quietos.